lunes, 15 de enero de 2007

¿África Negra?


25 artistas de 14 países africanos exponen en el Guggenheim Bilbao todo el color, la diversidad y la riqueza de los modos de expresión de su continente

I. A.

BILBAO. África es negra. O eso es lo que dicen. Por lo menos, los africanos son negros ¿no? Pues eso. África es negra. Es negra, pobre, seca, sidosa y se muere de hambre. Esto último es dramáticamente cierto, pero lo que muchos todavía no saben es que si se dice que África es negra por el color de la piel de sus habitantes, igualmente se podría afirmar que es un continente multicolor por la gran variedad cromática de sus manifestaciones artísticas. O por lo menos eso es lo que viene a demostrar la exposición 100% África, que hasta el día 17 de febrero enfrentará a los visitantes del museo Guggenheim Bilbao a la imagen de un continente que sí, se muere de hambre y de SIDA, pero al mismo tiempo alimenta el patrimonio artístico universal de una manera muy sorprendente.

La Contemporary African Art Collection (CAAC) presenta en Bilbao a 25 artistas contemporáneos que viven y trabajan en el África subsahariana y han venido comprometiéndose con determinación y esperanza en el futuro de su continente. Son varias las actitudes de estos artistas a la hora de la producción artística, pero siempre demuestran que existen rasgos inherentes a sus obras: el color, el dinamismo y, en la mayoría de los casos, la claridad del mensaje emitido.

De esta manera, pintores, dibujantes, videoartistas, escultores y fotógrafos procuran mantener una proximidad con su público haciendo que éste se vea representado en el arte contemporáneo africano. Es el caso de Chéri Chérin, pintor congoleño que crea pinturas con las que la gente de la calle pueda identificarse. En su obra ¿Adónde va el mundo? (2006) deja de manifiesto su intención de analizar los mecanismos de la sociedad y compartirlos con el resto de zaireños. El uso del color es aquí impactante. Son colores muy intensos los que cubren los lienzos de Chérin, con contrastes muy claros que facilitan la transmisión de la denuncia de un estilo de vida americanizado. Imágenes vacuas al estilo de Hollywood se entremezclan con referentes africanos para ejecutar la tranducción del significado. Al igual que Chérin, su compatriota y tocayo Chéri Samba secunda la apuesta por el color y compone obras como J’aime le Couleur (2003) que recuerda, si cabe, al surrealismo del español Salvador Dalí y demuestra un sobresaliente control del dibujo, así como un dinámico e inteligente uso de recursos pictóricos.

Mucho color y sutiles dosis de denuncia es lo que ofrece Romuald Hazoumé en sus máscaras esculpidas a base de objetos de desecho y botellas de plástico para, según sus palabras, «devolver a occidente lo que le pertenece: la basura de la sociedad de consumo que nos invade cada día».

En otra dirección se mueven artistas como el escultor Rigobert Nimi, quien en su Ciudad de las estrellas (2006) construye una máquina fantástica intergaláctica con el objetivo de, según el propio creador, «mejorar el mundo a través del arte y utilizando comics e historias de ciencia ficción como fuentes de inspiración». Para artistas como Nimi el fin de esta forma de hacer arte es evadirse del universo en el que habitan, huir de la cotidianeidad del caos urbano en el que viven.

Un tercer grupo de creadores permanecen en comunión con la tierra para inmortalizar tradiciones, leyendas y cuentos. Inventan también universos sobrenaturales, como en el caso del joven escultor mozambiqueño Titos Mabota, quien homenajea al mundo rural y a un país fantástico que emerge tras una guerra civil en su obra Bicicleta Rural y Avión. El avión, icono bélico, se transforma en un pájaro, que es símbolo de paz y la dirección a la que desea dirigirse el pueblo.

A lo largo de la exposición se puede disfrutar también de los trabajos de fotógrafos que desean proyectar un continente africano liberado, sonriente y con una nueva mirada occidental. Llevan al espectador más allá de los bailes tribales en torno a una hoguera e inmortalizan los cambios de los comportamientos sociales en las urbes del África de los primeros años de la descolonización. Esto es lo que realiza Paramount Photographers, J. D ‘Okhai Ojeikere, o Malick Sidibé quienes están considerados como testigos de la historia y reporteros registradores de hechos sociales y retratadores de cientos de habitantes de varios pueblos africanos.


En definitiva, la muestra que estos días puede admirarse en el Guggenheim supone el inédito paisaje de un continente que tiene no pocas sorpresas reservadas para un público parco en conocimientos sorteadores de taparrabos y danzas de fertilidad. África 100% es un cuento sobre el continente negro contado a todo color, esta vez, por sus propios protagonistas.

jueves, 4 de enero de 2007

FUCK

El mapa de estudio de la lingüística está principalmente compuesto por varios campos de análisis: morfología, semántica, pragmática, sintaxis, fonética y fonología. Resulta apasionante observar cómo una lengua se comporta de una manera prácticamente biológica en su desarrollo a través de los siglos y es filtrada por culturas, religiones, movimientos políticos, genocidios, tribus urbanas, accidentes geográficos, géneros y clases sociales.

A lo largo de varios años de estudios filológicos centrados en el análisis de la lengua inglesa, servilleta hizo acopio de numerosos títulos ligados a las diferentes disciplinas presentes en el arriba mencionado estudio científico de la lengua. Obras de lectura obligatoria para iniciar un paseo por las historias externa e interna de la lengua se hacen indispensables para comprender las dificultades que se presentan tanto en el momento de la adquisición de un idioma como en el de su aprendizaje. Así pues, nombres como los de Chomsky, Pinker, Elman, Krashen, Parisi, Plunkett o Karmiloff-Smith son los que firman las biblias de la ciencia lingüística.

Pero no es ninguna de esas firmas la que rubrica uno de los manuales de mayor interés que actualmente pueden hallarse en el espectro del estudio de la adquisición y aprendizaje de segundas lenguas y lenguas extranjeras. Es el profesor Sterling Johnson –con su “distinguido” panel de expertos– quien puede presentar su obra English as a Second F*cking Language y quedarse más ancho que Castilla. Consiste en una serie de burradas y sus sinónimos de ayer, hoy y siempre que ayudarán al ingenuo lector a sortear poleas y cajas entre los bastidores del léxico anglosajón más zafio. Muy recomendable.

Y para muestra, un botón. Dice Johnson que FUCK es la madre de todas las palabras, ya que nos lleva directamente a las raíces de la creación. Tiene sentido ¿no os parece? He aquí un ejemplo del uso de tal término:

John: Mary, would you like to attend the opera this evening?
Mary: F*cking-A. should I wear my black dress?
John: Why the f*ck not?
Mary: F*cked if I know-Oh, f*ck! I just remembered. It got f*cked up in the wash.
John: Well, f*ck the opera. Let's stay home and f*ck.
Mary: Good f*cking idea.

Y para que la hegemonía de esta primaria palabra nos entre por ojos y oídos, visionemos un vídeo en el que queda claro lo imprescindible del término.