miércoles, 21 de febrero de 2007

Tolosa, capital de Guipúzcoa

Los tolosarras demostraron que durante el carnaval el espectáculo está en la vetusta capital guipuzcoana

I. A.

TOLOSA. Casi 30 millones de dólares se han gastado en Brasil para hacer realidad el sueño y las ilusiones de todo un año. Entre hoy y mañana trece “escolas” desfilarán por el famoso Sambódromo de Río de Janeiro empleando toda su pasión para convertirse en la mejor escuela de samba del mundo. El espectáculo adopta unas dimensiones de escándalo y hace vibrar el país más extenso de Sudamérica. Lo mismo que ocurre en Guipúzcoa. Bueno, más o menos. Pero a más de uno le gustaría comprobar si los 'apaixonados' y 'apaixonadas' del país carioca sabrían mantener la intensidad carnavalera como lo hicieron ayer los tolosarras bajo una incesante e implacable lluvia.

Por todos es sabido que las comparaciones son odiosas, y en tiempo de carnaval los que de verdad lo comprueban son los de San Sebastián. Los propios donostiarras admiten que hace falta más alegría y más imaginación en la capital. «Los desfiles son muy bonitos, pero eso es lo malo que sólo son bonitos», afirmaban unas animadas donostiarras que añadían «¡hace falta más sasoia hombre!». Esto no quita para que la gente disfrute de la fiesta pero en esta ocasión está claro que la palma se va hasta Tolosaldea.

Para los de Tolosa el carnaval es tiempo de auténtica fiesta y júbilo. Pero para el que viene de fuera, lo que ocurre durante estos días en la antigua capital guipuzcoana es una auténtica explosión de creatividad e imaginación. Mientras los donostiarras se preocupan más por el espectáculo del exhibicionismo y lo elegante y atractivo que resulte un disfraz, en Tolosa lo que prima es el resultado del conjunto, decidiendo la temática del atuendo en base al juego que se le pueda sacar a la hora de darle vida. «Aquí las cuadrillas buscamos un tema que luego en la calle nos dé juego, algo que nos dé la posibilidad de hacer teatrillo cuando estamos fuera», explica Olatz Zubizarreta, que finalmente salió a la calle formando parte de un rebaño de ovejas con pastor, perro, seto y hasta concurso de perros pastores incluído, todo a ritmo de Carlinhos Brown.

Zaldunita
Ayer fue Zaldun-inaute, o lo que es lo mismo, domingo de carnaval, el día grande de la fiesta en Tolosa. Tras la madrugadora diana del gran día en que todos los tolosarras bajaron a la kalejira en pijama para inaugurar la Zaldunita, las 15 carrozas y 165 comparsas de este año repasaron los guiones y las pautas de lo que iban a ser sus actuaciones a lo largo del día.

El humor vasco se puso a prueba y salió muy bien parado. Para que luego digan que en Euskadi no saben pasarlo bien. Y hablando de humor, lo que hubo en Tolosa fue 'humor amarillo'. Una de las parodias que más público congregó fue la de Txinako tolosarrak, que representó todo un programa del célebre concurso oriental, con mamporros, saltos al vacío y un 'Chino Kudeiro' más en forma que nunca. Los de Txoko Karro se quedaron más cerca. A golpe de Rotaflex partieron un coche por la mitad para construir un 'tablao flamenco' y recorrer Tolosa con palmas y taconeo bajo el nombre de “Toloza Arrikitaun”. Ainhoa Agirre, una de las flamencas del singular txoko, aseguraba que «estamos muy contentos porque todo esto lo hemos hecho en apenas tres semanas, ¡y olé!».

No faltaron parodias a Piratas del Caribe, Operación Triunfo o, incluso, Guantánamo, y especialmente graciosas estuvieron las representaciones de Academia de Txarainas, Madonna y sus muchachos, Zumardi Haundi, Abereen etxaldea, Ali, Tolosa Mix, Presinkatxoa, y una churrería en la que churros, los de toda la vida, no había, pero demostraron perfectamente sobrevivir al chaparrón que no dejó de caer en toda la tarde.

El precio del carnaval
Al ver todo el tinglado que durante estos días montan los tolosarras, muchos pensarían que el presupuesto se escapa por todas partes. Pero en Tolosa no utilizan su creatividad e imaginación sólo para diseñar sus disfraces y sus carrozas, también lo hacen para que el dinero no sea un obstáculo. Lo que llega a desembolsar cada uno de los participantes de las comparsas no supera los 120 euros, dependiendo de lo que deseen incluir en sus carrozas. «Lo más caro suele ser el alquiler de los equipos de música y los tractores para remolcar todo el tinglado que montamos con un carro y cuatro vallas», explicaba una de las componentes de la edición tolosarra de OT.

Y por si el presupuesto se le escapa a alguna cuadrilla, el ayuntamiento ofrece dietas para todas las carrozas y comparsas, sin sorteos ni cribas, que unas semanas después del carnaval recibirán alrededor de 180 euros que les animará a ir pensando en la parodia del próximo año.

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